+Eustaquio

En la madrugada del pasado 29 de septiembre, festividad de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, tuvo lugar el fallecimiento de nuestro hermano Eustaquio Macías Morón, responsable del Camino Catecumenal en nuestra Parroquia desde el año 1.981 hasta que, hace sólo unos meses, y debido a su estado de salud, pidió ser relevado en esta misión.

Este carisma del Camino Catecumenal que la Virgen María ha inspirado para la Iglesia, y que el Espíritu Santo ha ido suscitando como una realización práctica de la renovación que para ella promovió el Concilio Vaticano II, se inició en nuestra Parroquia a finales del año 1974.

Desde entonces, no ha cesado de dar abundantes frutos de conversión y de servicio a la Iglesia en los hermanos que se han sentido llamados por Dios a renovar en él las promesas bautismales, en un itinerario de gestación a la fe. En este itinerario de iniciación cristiana, y en la medida que se va realizando en ellos esta gestación, están llamados a hacer visible en la comunidad los signos que llaman a la fe, el amor y la unidad, especialmente para aquellos que ya se han alejado de la Iglesia.

Y es en este Camino donde Eustaquio ha conocido en Cristo lo que cita el Cantar de los Cantares: Encontré el amor de mi vida, lo he abrazado y no lo dejaré jamás” (Cant 3, 4). Y en este amor que ha conocido en Cristo ha gastado y desgastado su vida en la evangelización y el servicio a los hermanos. Fruto de ello son las 14 comunidades presentes hoy en nuestra Parroquia y tantos otros hermanos que de una u otra manera han sido alcanzados por el anuncio de este Amor.

De él se podría decir muy bien lo que afirma San Pablo: “He combatido el buen combate, he llegado a la meta, he conservado la fe” (2 Tim 4, 7). No sólo la fe personal, sino que ha ayudado a la de tantos hermanos para los que, con su predicación y con el ejemplo de su vida, ha sido un testimonio de esta fe.

Roguemos al Señor que lo acoja entre sus ángeles y sus santos, y conforte a su esposa, Amalia, y a sus hijos y nietos, así como a los hermanos de su comunidad que durante 47 años han compartido su vida y su fe con este don que Dios nos ha dado en la persona de Eustaquio.

Descanse en paz.

Eustaquio